1. Antes de pedirle a alguien una reunión, tené muy claro qué es lo que querés lograr. Se pierde mucho tiempo y energía cuando se gestiona algo sin estar seguro de quererlo.
2. Escuchá muy bien lo que tu interlocutor te dice y si no es claro pedile que te explique. Si mientras el otro habla en vez de escuchar estás pensando qué vas a decir cuando te llegue el turno te podés estar perdiendo interesantes oportunidades.
3. Si la conversación "se va por las ramas" volvé siempre al eje central. A veces empezamos hablando de una cosa y terminamos en cualquier otra parte y -lo que es peor- dejando a un lado el tema principal.
4. Sé humilde, esto implica tener en cuenta que la otra persona puede tener razón. Así de simple.
5. No cierres la conversación sin un plan a seguir. Muchas veces tenemos la sensación de que las conversaciones o las reuniones en el trabajo no sirven para nada pero esto sucede cuando no las manejamos adecuadamente.
2. Escuchá muy bien lo que tu interlocutor te dice y si no es claro pedile que te explique. Si mientras el otro habla en vez de escuchar estás pensando qué vas a decir cuando te llegue el turno te podés estar perdiendo interesantes oportunidades.
3. Si la conversación "se va por las ramas" volvé siempre al eje central. A veces empezamos hablando de una cosa y terminamos en cualquier otra parte y -lo que es peor- dejando a un lado el tema principal.
4. Sé humilde, esto implica tener en cuenta que la otra persona puede tener razón. Así de simple.
5. No cierres la conversación sin un plan a seguir. Muchas veces tenemos la sensación de que las conversaciones o las reuniones en el trabajo no sirven para nada pero esto sucede cuando no las manejamos adecuadamente.
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