domingo, 1 de mayo de 2011

Feliz Día de los Trabajadores

La palabra trabajo deriva del vocablo latino tripalium que alude a los tres palos que se utilizaban para mantener unidos a los animales en las tareas del campo (especie de yugo). Más tarde también fue el nombre que se le dió a un elemento de tortura utilizado durante la Edad Media para arrancar confesiones a los "herejes". Aun cuando no seamos del todo conscientes de ello, las palabras arrastran historias, emociones y tienen un impacto muy potente en la sociedad y en cada uno de nosotros. "Las lenguas contienen la experiencia de los pueblos" (Ivonne Bordelois).

Nuestra querida palabra "trabajo" con semejante origen, entraña una connotación penosa, negativa, triste, violenta. No debería extrañarnos entonces que el trabajo sea percibido por muchas personas como un castigo o incluso como una tortura. Sin embargo, muchas personas logran encontrar en el trabajo un modo de expresarse y realizarse. Dar rienda suelta a su creatividad, innovar, impactar positivamente sobre otros y cambiar el mundo para mejor.

Educar para el trabajo debería, en mi opinión, incluir la idea de que se puede disfrutar del trabajo. Que no sólo dignifica sino que también nos posibilita encontrar placer y relacionarnos con los demás con la alegría de estar compartiendo nuevos mundos y experiencias.