Si aceptamos que el fin de año es un momento que suele sensibilizar a las personas, que suele propiciar "balances", revisiones y reflexiones... ¿Por qué no pensar que esto también ocurre en el interior de una empresa?
El final de un año, invita a replantear situaciones y es por eso que debemos estar muy atentos a lo que las personas dicen y hacen.
Es un momento interesante para intervenir positivamente en la dinámica organizacional, proponiendo nuevas formas, nuevos desafíos y metas para el año entrante.