jueves, 25 de septiembre de 2008

Cuidado con la idealización

Cuando un vínculo está muy idealizado, más temprano que tarde llega la desilusión. Y cuando se trata de un vínculo laboral esa desilusión se traduce en desvinculación.
Siempre me llama la atención cuando un empleado habla maravillas del empleador y lo mismo a la inversa. 
Cuando el período de "enamoramiento" pasa, la relación se tensa y se empieza a ver al otro (empleado o empresa) tal como es. Esto es lo mejor que puede pasar, sin embargo a veces parece que no se puede pasar a ese estadio sin dificultad, o incluso sin el riesgo de que la relación se quiebre.
Cuando escucho que me hablan maravillas del empleado o de la empresa pregunto: "¿Y en qué falla?". Si la respuesta es "En nada", estamos en problemas.

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