martes, 13 de mayo de 2008

El Proceso de Selección: una carrera contra el tiempo.

El tiempo siempre es un factor crítico, pero cuando los postulantes son escasos y las ofertas laborales no faltan, la velocidad con la que se encara un proceso de selección puede definir su éxito o fracaso.

Una vez más, la creatividad es necesaria para intentar nuevas formas o al menos para introducir algunos cambios que nos permitan optimizar el uso del tiempo. Sin embargo, al reducir los tiempos drásticamente me temo que es muy difícil que no se resienta la calidad del resultado.

¿Por qué? porque el proceso de selección está pensado para conocer lo más posible a los postulantes. A través de sucesivas evaluaciones (entrevistas, tests, assessment, entrevistas grupales, psicotécnicos, etc.) tenemos la oportunidad de contactarnos de diferentes maneras con cada postulantes pudiendo tener un panorama bastante preciso del perfil de cada uno. Pero no sólo el conjunto de evaluaciones nos permite observar al postulante sino que el tiempo juega un papel importante ya que si todo el proceso se da a lo largo de diez dás (por ejemplo) nos permite verlos en diferentes momentos, y es bien sabido que no todos los días estamos del mismo humor y con la misma predisposición. Esto nos permite entonces tener una visión de las características de los postulantes en un curso de tiempo razonable. Si en cambio, intentamos llevar adelante todo el proceso de selección en una o dos jornadas, por intensas que sean y por bien armadas que estén, es dudoso que se pueda tener una "foto" precisa de las características de cada postulante. Ganaremos tiempo, es cierto pero quizás perdamos precisión.


No hay comentarios: